Y es que, aunque las diferencias puedan ser notables entre ambos países y podamos entender la montaña como una frontera natural, emerge el Parque Nacional de Los Pirineos como una cremallera entre ambos países, dando lugar a un clima, una cultura e historia comunes que permiten lazos muy fuertes a ambos lados de las cumbres.
Cabe destacar ampliamente el espacio que ofrece en el Pirineo Aragonés el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, con acceso desde el municipio oscense de Torla, como una manifestación inigualable de una naturaleza de enormes dimensiones.
Ruta del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido |
En cuanto al alojamiento en tan privilegiado lugar, cabe realizar una breve mención al Hotel Ordesa, en el municipio de Torla, como un alojamiento de primer nivel si quieres visitar el parque y disfrutar de una estancia agradable. Cuenta con Jacuzzi, Restaurante, Cafetería y Párking propios. Sin embargo, las limitaciones del mismo tienen que ver con la escasez de alternativas cuando cae la noche, y la lejanía del hotel en carreteras sinuosas con otras poblaciones. Consejo: si sólo quieres visitar Ordesa durante un día, es mejor alojarse en otro municipio más poblado como Biescas o Jaca.
Ordesa es una reserva ancestral que nos recuerda lo importante de mantener intactos nuestros privilegiados espacios naturales, así como la biodiversidad que alberga en ellos.
El Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido cuenta con multitud de rutas que puedes realizar en varias horas, con distintos niveles de dificultad, desde la explanada principal. Hay pequeñas rutas accesibles para personas con discapacidad y puedes preparar tus rutas desde casa a través de la web del parque: http://reddeparquesnacionales.mma.es/parques/ordesa/
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido |
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido |
Por otro lado, la Estación de Esquí de Formigal se ha convertido, tras su remodelación hace varios años, en un destino turístico de referencia para los amantes de los deportes de nieve y de la alta montaña.
Cerca de Formigal, Panticosa es una visita necesaria. Un pueblo famoso por su agua mineral que ha cobrado especial relevancia por su emplazamiento privilegiado entre las montañas del Pirineo Aragonés.
Vistas de Panticosa |
A pesar de las circunstancias y limitaciones, el ser humano ha sido capaz de transgredir los límites de la naturaleza y ha logrado atravesar las fronteras uniendo pueblos en su día remotos entre sí. Prueba de ello son las distintas vías de acceso a Francia desde el Pirineo de Oscense, así como los pasos, entonces fronterizos de Formigal y Canfranc y Sallent de Gállego.
El Pirineo Francés |
Entre los lugares que cabe recomendar, es ineludible la parada en un pequeño pueblo llamado Eaux Chaudes ("Aguas Calientes", en su traducción del francés) y que cuenta con un famoso balneario apropiado para el tratamiento de enfermedades reumáticas. En su momento, este municipio albergó el puesto fronterizo francés, hasta la eliminación de las fronteras en Europa tras la creación de la Unión Europea.
Municipio Francés de Eaux-Chaudes |
En el pueblo de Eaux-Chaudes, hay una parada gastronómica obligatoria para los amantes del queso francés: una fondue de quesos de montaña en un pequeño restaurante denominado La Caverne.
Hotel-Restaurante La Caverne - Eaux Chaudes |
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