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Los grandes viajes no tienen por qué ser demasiado lejos… pero tienen que ser viajes en los que vivir experiencias, contemplar grandes paisajes y descubrir auténticos rincones. Te invitamos a conocer viejos (y nuevos) lugares donde disfrutar…
lunes, 17 de junio de 2013
domingo, 16 de junio de 2013
Próximamente en Viajero de Vuelta... La Sierra de Madrid y el Parque Nacional del Guadarrama
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Próximamente en Viajero de Vuelta... Sigüenza, la Ciudad del Doncel
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Próximamente en Viajero de Vuelta... Rouen y Normandia (Francia)
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Huesca y el Pirineo Francés
Hablar de Los Pirineos es hablar de unas extensas fronteras que recorren varias provincias y comunidades y de escarpados paisajes que fluyen de forma natural entre España y Francia. Entre esas montañas eternamente nevadas y los valles, con inmensos bosques que intercalan una orografía prominente, se encuentra una reserva privilegiada: El Parque Nacional de Los Pirineos.
Y es que, aunque las diferencias puedan ser notables entre ambos países y podamos entender la montaña como una frontera natural, emerge el Parque Nacional de Los Pirineos como una cremallera entre ambos países, dando lugar a un clima, una cultura e historia comunes que permiten lazos muy fuertes a ambos lados de las cumbres.
Cabe destacar ampliamente el espacio que ofrece en el Pirineo Aragonés el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, con acceso desde el municipio oscense de Torla, como una manifestación inigualable de una naturaleza de enormes dimensiones.
Las impresionantes vistas del Parque Nacional, las carreteras estrechas y el paso frecuente de ganado y pequeños animales, son tres cualidades propias del entorno de Torla, y de todo el Pirineo. Si tienes en cuenta esto, debes tomártelo con mucha calma y disfrutar del paisaje, sin perder nunca de vista la carretera.
En cuanto al alojamiento en tan privilegiado lugar, cabe realizar una breve mención al Hotel Ordesa, en el municipio de Torla, como un alojamiento de primer nivel si quieres visitar el parque y disfrutar de una estancia agradable. Cuenta con Jacuzzi, Restaurante, Cafetería y Párking propios. Sin embargo, las limitaciones del mismo tienen que ver con la escasez de alternativas cuando cae la noche, y la lejanía del hotel en carreteras sinuosas con otras poblaciones. Consejo: si sólo quieres visitar Ordesa durante un día, es mejor alojarse en otro municipio más poblado como Biescas o Jaca.
Ordesa es una reserva ancestral que nos recuerda lo importante de mantener intactos nuestros privilegiados espacios naturales, así como la biodiversidad que alberga en ellos.
Por otro lado, la Estación de Esquí de Formigal se ha convertido, tras su remodelación hace varios años, en un destino turístico de referencia para los amantes de los deportes de nieve y de la alta montaña.
Cerca de Formigal, Panticosa es una visita necesaria. Un pueblo famoso por su agua mineral que ha cobrado especial relevancia por su emplazamiento privilegiado entre las montañas del Pirineo Aragonés.
A pesar de las circunstancias y limitaciones, el ser humano ha sido capaz de transgredir los límites de la naturaleza y ha logrado atravesar las fronteras uniendo pueblos en su día remotos entre sí. Prueba de ello son las distintas vías de acceso a Francia desde el Pirineo de Oscense, así como los pasos, entonces fronterizos de Formigal y Canfranc y Sallent de Gállego.
El paso a la zona francesa del Pirineo nos muestra una riqueza en colores y matices difícil de comparar con otros lugares por su densidad boscosa y la profundidad de sus pedanías y pueblecitos en media montaña. Muy recomendable visitarlos si no eres de los que se marean con las curvas.
Entre los lugares que cabe recomendar, es ineludible la parada en un pequeño pueblo llamado Eaux Chaudes ("Aguas Calientes", en su traducción del francés) y que cuenta con un famoso balneario apropiado para el tratamiento de enfermedades reumáticas. En su momento, este municipio albergó el puesto fronterizo francés, hasta la eliminación de las fronteras en Europa tras la creación de la Unión Europea.
En el pueblo de Eaux-Chaudes, hay una parada gastronómica obligatoria para los amantes del queso francés: una fondue de quesos de montaña en un pequeño restaurante denominado La Caverne.
Y es que, aunque las diferencias puedan ser notables entre ambos países y podamos entender la montaña como una frontera natural, emerge el Parque Nacional de Los Pirineos como una cremallera entre ambos países, dando lugar a un clima, una cultura e historia comunes que permiten lazos muy fuertes a ambos lados de las cumbres.
Cabe destacar ampliamente el espacio que ofrece en el Pirineo Aragonés el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, con acceso desde el municipio oscense de Torla, como una manifestación inigualable de una naturaleza de enormes dimensiones.
Ruta del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido |
En cuanto al alojamiento en tan privilegiado lugar, cabe realizar una breve mención al Hotel Ordesa, en el municipio de Torla, como un alojamiento de primer nivel si quieres visitar el parque y disfrutar de una estancia agradable. Cuenta con Jacuzzi, Restaurante, Cafetería y Párking propios. Sin embargo, las limitaciones del mismo tienen que ver con la escasez de alternativas cuando cae la noche, y la lejanía del hotel en carreteras sinuosas con otras poblaciones. Consejo: si sólo quieres visitar Ordesa durante un día, es mejor alojarse en otro municipio más poblado como Biescas o Jaca.
Ordesa es una reserva ancestral que nos recuerda lo importante de mantener intactos nuestros privilegiados espacios naturales, así como la biodiversidad que alberga en ellos.
El Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido cuenta con multitud de rutas que puedes realizar en varias horas, con distintos niveles de dificultad, desde la explanada principal. Hay pequeñas rutas accesibles para personas con discapacidad y puedes preparar tus rutas desde casa a través de la web del parque: http://reddeparquesnacionales.mma.es/parques/ordesa/
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido |
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido |
Por otro lado, la Estación de Esquí de Formigal se ha convertido, tras su remodelación hace varios años, en un destino turístico de referencia para los amantes de los deportes de nieve y de la alta montaña.
Cerca de Formigal, Panticosa es una visita necesaria. Un pueblo famoso por su agua mineral que ha cobrado especial relevancia por su emplazamiento privilegiado entre las montañas del Pirineo Aragonés.
Vistas de Panticosa |
A pesar de las circunstancias y limitaciones, el ser humano ha sido capaz de transgredir los límites de la naturaleza y ha logrado atravesar las fronteras uniendo pueblos en su día remotos entre sí. Prueba de ello son las distintas vías de acceso a Francia desde el Pirineo de Oscense, así como los pasos, entonces fronterizos de Formigal y Canfranc y Sallent de Gállego.
El Pirineo Francés |
Entre los lugares que cabe recomendar, es ineludible la parada en un pequeño pueblo llamado Eaux Chaudes ("Aguas Calientes", en su traducción del francés) y que cuenta con un famoso balneario apropiado para el tratamiento de enfermedades reumáticas. En su momento, este municipio albergó el puesto fronterizo francés, hasta la eliminación de las fronteras en Europa tras la creación de la Unión Europea.
Municipio Francés de Eaux-Chaudes |
En el pueblo de Eaux-Chaudes, hay una parada gastronómica obligatoria para los amantes del queso francés: una fondue de quesos de montaña en un pequeño restaurante denominado La Caverne.
Hotel-Restaurante La Caverne - Eaux Chaudes |
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Torla
Ubicación:
Torla, Huesca, España
Santander y la Costa de Cantabria
Cantabria es mar y montaña, y aunque se la reconoce más por la montaña y por el clima duro del norte de España que por sus costas, hay que reconocer que descubrir las playas, las rocas y las olas en Santander, Suances o Ubiarco puede ser una estupenda forma de disfrutar del verano.
Santander, la ciudad más importante y capital de provincia, es una ciudad del norte que ha vivido conectada por el mar con otras ciudades del norte, como Plymouth en Gran Bretaña o la Costa Norte francesa. Es curioso ver como cada vez que llega el Ferry al puerto supone un verdadero desembarco en España.
La inmensa luz y el clima cálido durante el día y fresco durante la noche hacen del verano en Cantabria una experiencia relajante, si tenemos en cuenta las puestas de sol y las actividades náuticas permiten disfrutar del mar y, llegado el caso, también del viento y los deportes náuticos.
La actividad cultural de Santander es intensa durante el verano, llegando a congregar multitud de personas en torno a los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en el Palacio de la Magdalena, una residencia que perteneció a la Corona hasta su venta simbólica por parte de D. Juan de Borbón a la ciudad. La Magdalena, además de ser espacio de actividades culturales ha sido a su vez escenario de numerosas grabaciones cinematográficas.
De igual modo, las alternativas para realizar actividades hasta en los días de lluvia (que los hay) del periodo estival permiten no perderse nada de esta tierra dominada por el verdor de sus paisajes.
Un capítulo aparte merecen las playas de Cantabria, algunas familiares, y bravas muchas de ellas, cuentan durante gran parte del día con zonas repletas de surfistas, algunos veteranos y tostados por el sol y el salitre, así como otros aprendices que tratan de sostenerse sobre las tablas con mucho aplomo.
En algunos casos, puede encontrarse, tras caminar por la costa, alguna cala escondida entre las rocas con posibilidades para hacer snorkel con todas las precauciones y la previsión de la bajamar y la pleamar, que te permitan salir de allí con garantías.
Aquí os dejamos algunas fotos de una de esas calas escondidas... que nos vemos en la obligación de no revelar su ubicación exacta, para invitar al visitante a descubrirla por sí mismo. Sólo una pista de su cercanía al pueblecito de Ubiarco debe bastar para que quien quiera encontrarla, y cuente con las precauciones adecuadas, pueda hacerlo sin mayor dificultad.
Con la llegada del buen tiempo, puedes disfrutar de un fin de semana en cualquiera de sus pueblos costeros, que te ofrecen un sinfín de posibilidades gastronómicas venidas del mar y de la tierra. El bonito, los bocartes, las rabas y pastel de cabracho harán las delicias de los amantes del fondo marino. La carne de vaca en sus distintas variedades y los quesos de nata completan una gastronomía variada que en nada tiene que envidiar a la de otras regiones de nuestro país.
Una vez en el interior, sorprende la cercanía de la costa con las montañas escarpadas de los Picos de Europa, que comparte Cantabria con Asturias. Uno de sus más sorprendentes lugares en el interior, es el pueblo de Potes, que forma parte del Parque Natural.
El acceso al pueblo de Potes, se realizar por una carretera no apta para cardiacos, que pasa por el denominado desfiladero de La Hermida, y que da acceso a un entorno montañoso espectacular para la usar la cámara con una marcada similitud con otros pueblos asturianos de interior.
Las diferencias y las semejanzas entre pueblos Asturianos y Cántabros de interior son únicas y se notan especialmente, en la gastronomía, donde el correr de los tiempos ha planteado diferencias y versiones renovadas de quesos y pucheros para disfrute de los visitantes.
Sin duda, el camino no se acaba en Potes y es una visita obligada llegar a Fuente Dé, un pueblo montañés de altas miras... sin lugar a dudas, cuentan con un espectaculo digno de ser visitado, como es el teleférico o cable de Fuente Dé, un atractivo para cámaras inquietas y, especialmente, personas que no tengan miedo a las alturas.
Hay que tener en cuenta, cómo no, la climatología para subir al teleférico para que un mal día no te arruine las espectativas. Puedes consultar aquí el enlace a la web de Turismo de Cantabria (CANTUR).
La travesía en el habitáculo del teleférico puede llegar a ser un poco angustiosa si no eres amante de las alturas, y puede que sufras el efecto compartido de la risa nerviosa durante el trayecto con el resto de viajeros, pero la llegada se celebra como una victoria.
Una vez arriba y cuando alcanzas a ser consciente de lo que has venido a hacer: admirar un paisaje inabarcable a los ojos (y a los objetivos) que son incapaces de alcazar en su totalidad. Un espectáculo digno de la mejor compañía y de las mejores baterías.
Vista de la Costa desde el Mirador de Ubiarco |
Vista de la Costa de Santander |
Vista del Faro de Santander, desde las Playas de Somo |
El Palacio de La Magdalena |
Playas del Parque Natural de las Dunas de Liencres |
Surfistas en la Playa de Los Locos (Suances) |
Atardecer en la Playa de Los Locos (Suances) |
Aquí os dejamos algunas fotos de una de esas calas escondidas... que nos vemos en la obligación de no revelar su ubicación exacta, para invitar al visitante a descubrirla por sí mismo. Sólo una pista de su cercanía al pueblecito de Ubiarco debe bastar para que quien quiera encontrarla, y cuente con las precauciones adecuadas, pueda hacerlo sin mayor dificultad.
Con la llegada del buen tiempo, puedes disfrutar de un fin de semana en cualquiera de sus pueblos costeros, que te ofrecen un sinfín de posibilidades gastronómicas venidas del mar y de la tierra. El bonito, los bocartes, las rabas y pastel de cabracho harán las delicias de los amantes del fondo marino. La carne de vaca en sus distintas variedades y los quesos de nata completan una gastronomía variada que en nada tiene que envidiar a la de otras regiones de nuestro país.
Una vez en el interior, sorprende la cercanía de la costa con las montañas escarpadas de los Picos de Europa, que comparte Cantabria con Asturias. Uno de sus más sorprendentes lugares en el interior, es el pueblo de Potes, que forma parte del Parque Natural.
Picos de Europa desde Potes |
Potes |
Potes |
Fuente Dé |
Teleférico de Fuente Dé |
El Cable del Teleférico en funcionamiento |
Vista Panorámica en la cima de Fuente Dé |
Vista de Fuente Dé |
Vista de Fuente Dé |
Es habitual avistar aves en Fuente Dé |
Paisaje de la cima de Fuente Dé |
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Ubiarco
Ubicación:
39588 Fuente Dé, Cantabria, España
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